La soledad del alma se hace patente cuando ésta se hace a la idea de que alguien es capaz de irse para no volver jamás. No existir. Esa idea de la inexistencia es la más compleja a la que me he enfrentado.
He de pensar que jamás volveré a sentir su mano en mi mejilla, que nunca volveré a escuchar sus historias de novela. Ni siquiera podré pensar en ella, sólo en su recuerdo... Y atormentarme por todo lo que pude hacer y no hice cuando tuve la ocasión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario