Fracaso. Del zoo a la oficina. Del león al papel. Del corazón a la cabeza.

De las peores cosas que hay, el fracaso. Cuando te propones una meta y la miras con los ojos encendidos, confías en ti y vas a luchar por ella... pero conforme avanzas va decayendo la ilusión, van menguando las ganas y sientes que no eres capaz de seguir, lo has pasado muy mal y te preguntas: ¿merece la pena tanto esfuerzo solo por esa meta?.
Cuando contestas esa pregunta solo hay dos caminos, seguir luchando con el sí por delante, sin saber qué puede pasar... o el fracaso. Que a lo mejor después es fracaso es una nueva puerta para otro camino diferente... pero siempre quedará ahí que fracasaste, que no conseguiste tu propósito y que era importante para tí, será la espinita que esté ahí clavada y que te dolerá cada vez que mires a tu alrededor y contemples tu vida, distinta a como habías soñado de niño.